Lessons from a Grander 2: “Piénsatelo bien…”
“Piénsatelo bien…”
Si en el artículo anterior mencioné el pensamiento estratégico, esta vez me centro en el “pensamiento estructurado”, que significa definir un marco (mental) para comprender o analizar algo, o acumular conocimiento en un área determinada. No se trata de poner límites, sino de darle sentido a la información que recibimos. El pensamiento estructurado:
La buena noticia es que hay herramientas que pueden ayudarnos a estructurar el pensamiento. El desafío proviene de crear hábitos y conocimiento para usarlas. Veamos algunos ejemplos y consejos. |
“En una galera romana el centurión dice a los remeros:
– Tengo dos noticias, una buena y otra mala. ¿Cuál preferís primero? -¡La buena, la buena! – Hoy nos visita Julio César y, por esta razón, recibiréis un desayuno especial con café y tostadas. – ¡Bien! ¡Bien! ¿Y cuál es la otra noticia? – Que viene a hacer esquí acuático…
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Podemos estructurar el pensamiento en diferentes niveles y para diferentes propósitos:
A. ESTRUCTURACIÓN DEL PROBLEMA / PREGUNTA / INICIO DEL PENSAMIENTO
Ayudará a comprenderlo, analizarlo y asegurarnos de que cubrimos todos los aspectos relacionados con él.
El siguiente es un ejemplo de cómo hacer esto y el potencial que nos puede traer:

B. ESTRUCTURACIÓN DE LA SOLUCIÓN / RESPUESTA / CONCLUSIÓN
Nos puede ayudar, por ejemplo, a comparar soluciones alternativas para elegir una, o una combinación de varias, y prepararnos para las posibles consecuencias.

¡Construir escenarios puede ser muy útil para este propósito! Aquí hay 2 ejemplos:

C. ESTRUCTURACIÓN DEL PROCESO
Para que hagamos más con menos, avanzando hacia los resultados (resultados a nuestra decisión ocurrirán seguro…, es mejor pensar primero cuáles nos gustaría que fuesen). El siguiente ejemplo muestra cómo estructuramos los procesos de vigilancia tecnológica cuando comenzamos a trabajar en un nuevo proyecto de I+D+i en un área en la que no somos expertos:
